Este viaje comenzó en el punto de origen de un lector ávido de misterios, un enlace compartido informa de una nueva hazaña de nuestro adalid predilecto, una convocatoria de un inusual reclamo turístico en la ciudad que lo vio nacer y de la que se siente muy orgulloso, pergeñando desde el origen de la leyenda de los amantes eternos una historia mundialmente conocida llena aún de misterios por resolver, que le ha sido encomendada al prolífico escritor ademas de excelente orador de historias y misterios, Javier Sierra, por sus conciudadanos, encerrona que el mismo cuenta como anécdota, promovida por el que fuera alcalde de Teruel, Manuel Blasco.
Su misión es, como ya hiciera en la pirámide de Keops, pasar una noche junto a las momias de los amantes de Teruel, Diego e Isabel, en el Mausoleo dedicado a ellos, dentro del Conjunto Mudéjar de San Pedro, para después contarlo en un cuaderno de viaje, preámbulo de algo más extenso e intenso, cuando el tiempo lo permita.
Para entrar en situación y previendo que conocer la leyenda seria parte importante del evento, me adentro en el mausoleo, con la visita guiada por María, buena conocedora de la historia turolense, quería conocer todo lo relativo a los protagonistas de la leyenda y un paseo previo por sus dependencias era obligado para un neófito.
Escucho con atención las historias contadas, a veces solo susurros rescatados de los heterodoxos rincones de un ciudad como Teruel, lugar de convivencia de culturas y religiones dispares, que a raíz de su peculiaridad multicultural permitió, diré supuestamente, el suceso que nos ocupa.
No me voy a detener en la leyenda en si, a estas alturas es de sobra conocida por todos, lo que se puede destacar como extraño, apuntado por Javier Sierra, es el hecho de permitir yacer juntos a los amantes, al ser un amor prohibido, Isabel era una mujer casada con otro hombre, aunque es probable que por las circunstancias que motivaron la leyenda y la propia heterodoxia de los turolenses, permitieran el descanso eterno de la pareja en suelo sagrado y juntos eternamente.
Empieza el evento con la intervención de la alcaldesa Emma Buj, con una oratoria ágil, vanagloria para regocijo de los asistentes las cualidades del protagonista turolense, escritor de pro y embajador de la ciudad por el mundo entero, a estas alturas empiezo a preguntarme si seré el único foráneo asistente a la presentación del cuaderno de los amantes, que ya que sale a colación es una edición numerada de 3000 ejemplares que previsiblemente se verá incrementada por la gran aceptación que ha tenido.
Se siguen sucediendo nombres de prohombres de la ciudad de Teruel, amigos todos y buenos vecinos a impresión de ojos extraños y agradecimientos por el buen hacer profesional o cultural que todos tienen hacia su cuna; el director del Diario de Teruel Chema López, que antecede a la participación de Javier, valora positivamente esta iniciativa turolense de los cuadernos personales de viaje, que su diario, la fundación amantes de Teruel y el consistorio irán desvelando próximamente, finalmente cede la palabra a Javier Sierra, y la experiencia que dió pie al primer cuaderno personal de viaje comienza.
Como siempre, escuchar a Javier Sierra es igual de trascendental que leer por primera vez uno de sus libros, tiene ese magnetismo que embelesa al oyente, y así estábamos los cerca de 400 asistentes, a excepción del niño que no paró de jugar, aunque seguro que algo de atención prestó también, y escuchábamos atentos como explicaba la experiencia de pasar ese rato a solas, en compañía o acompañando a las momias de los amantes, pero vuelvo a obviar la parte histórica o de leyenda para centrarme en las inquietudes que nos traslada Javier, desde la magnificencia de observar la Vía Láctea siendo niño en su Teruel natal, hasta la pregunta que sacude su mente y casi le obliga a escribir su próximo libro, ¿De donde nace la inspiración?, y nace... la pregunta, no la inspiración, de liberar la psique en lugares donde yacen en reposo los muertos, en el silencio sepulcral que practicaba Parménides, ¿que averiguó Javier Sierra en este periplo? ¿nos lo ha contado todo?, la experiencia de una noche en el Mausoleo de los Amantes de Teruel, las preguntas
sobre la capacidad del amor para trascender al cuerpo físico, ¿puede un beso matar? ¿se puede morir de amor? son preguntas que nacen de esta experiencia y que buscan respuesta en el éter, quizás hay dos vertientes de una misma experiencia, la parte física que acompaña la leyenda de los amantes en su vida del medievo y que llega hasta nuestros días, sin pruebas fehacientes, y la parte espiritual que nace de la calma que proyectan las dependencias donde reposan las momias. Sea como fuere, Javier Sierra ha creado un cuaderno personal de viaje inigualable, que merece la pena disfrutar con su lectura, que habla de leyendas de su ciudad natal, de sus propias experiencias ofrecidas a sus conciudadanos, agradecidos con su mundialmente ilustre paisano.
Finalmente y como es tradición, se procedió a la firma del cuaderno por parte de Javier, siempre con una sonrisa, atento con todos y cada uno de los asistentes, firmando libros y cuadernos, repartiendo amabilidad y paciencia con todos nosotros.
Esta última foto va dedicada a los miembros del Club de Lectura de Javier Sierra en facebook, era el momento de la firma de mis cuadernos, que eran unos cuantos, y la expresión de su rostro habla por si mismo, porque sabe que allá donde vaya siempre habrá un lector de su obra dispuesto a seguirle, aunque haya que recorrer cientos de kilómetros para lograrlo.
