domingo, 12 de enero de 2020

El camino de los elementos alquímicos.

El pasado 21 de enero, sábado para ser exactos, se celebró en el Centro de Terapias Naturales Kendra Life en Madrid, el primer curso que se imparte en este Centro de reciente inauguración, y primer curso también, dedicado al tan noble y denostado arte de La Alquimia; para demostrar el alto grado de implicación y profesionalidad que pretenden ofrecer los adalides de este proyecto, contaron para este evento con la presencia de Luis Silva Mascuñana, un enamorado del camino alquímico, con una extensa y prolífica trayectoria en este mundo de secretos filosóficos, es además inspector jefe de policía en excedencia y ganador del II Premio Internacional de Investigación y Divulgación Histórica "Juan Antonio Cebrián" con su libro "Alquimia, tras la piedra filosofal", una obra que será de referencia tanto para los apasionados en el tema como para quien se disponga en la ardua tarea de desentrañar los insondables secretos de la consecución de la piedra filosofal.
Este curso, intenso, se impartiría durante una jornada de ocho horas, que a la postre, se quedarían cortas, dado el interés suscitado entre todos los asistentes por la claridad, calidad y competencia en la comunicación de Luis Silva, del que pudimos disfrutar tanto los neófitos como los más avezados oyentes.
La estructura de la oratoria evidenciaba un guión preestablecido, quizá queriendo seguir los pasos previos, dados para la materialización de su obra premiada, para explicar la otra obra, la alquímica, la que surge después de años de estudio, de práctica y aprendizaje, la que lleva una o varias vidas conseguir, porque tratándose de la piedra filosofal el tiempo se funde con la vida y la vida transcurre entre matraces y redomas al calor del ígneo fuego eterno.
Pudimos disfrutar durante la jornada de la mañana, de las amenas explicaciones que descifraban, sin revelar secretos, los procesos en los que se ve inmerso quien practica la alquimia, descubrimos anotando para el futuro gran cantidad de textos antiguos de obligada lectura si queremos intuir los derroteros por donde antes caminaron los grandes librepensadores, aún muchos escritos en lenguas antiguas que por fortuna para algunos de nosotros poco a poco están disponibles en nuestra lengua nativa, aunque como bien apuntó maese Silva, y no es el único que lo piensa así, el conocimiento secreto se interna entre simbolismos grabados en piedra o trazados en lienzos, coloreados entre silogismos nacidos de mentes creativas más proclives a ofrecer un conocimiento secreto al iniciado que lo pueda entender, dejándolo a la vista de todos, en monumentos, lienzos que reposan en museos, láminas que decoran grandes textos, sabiduría encerrada en matraces etéreos.

Haciendo un inciso a tan interesante programa, va siendo la hora de hablar del "búlgaro" que es junto con Fran, organizador del evento, quién alimenta y calma el ronroneo de nuestros estómagos, ágape ofrecido por Kendra Life que degustamos con prontitud y diligencia, y que anima más aún si cabe, el interés por seguir disfrutando de la jornada, llena de sorpresas a cada cual más deseable.

Pretendo ser pragmático en los aspectos de mi vida que me lo permiten, y es por eso que debo reconocer que la jornada matinal y la parte de la tarde dedicada a la alquimia practicada, fueron a mi modo de ver, las más interesantes de lo expuesto, y no porque el resto del curso no lo fuera, sino porque el conocimiento antiguo filosófico, los grandes maestros, sus textos, se me antojan aburridos y tediosos, que por otra parte, con la impronta del conocimiento revelado durante el curso, estoy seguro de que una nueva lectura arrojará un entendimiento antes desapercibido, ya que es de reconocer que la filosofía antigua, firmemente enraizada con los saberes ocultos y por ende con la alquimia, goza de una máxima irrefutable que dice "Ora, Lege, Lege, Lege, Relege, Labora et Invenies", lo que hace que leer sea del todo necesario y principal para después practicar lo aprendido.

Pensando ya en finalizar este articulo, porque tampoco hay necesidad de desvelar todo lo que se dijo en este curso, sí me gustaría agradecer el detallazo que Luis Silva tuvo con todos nosotros al regalarnos un pequeño botecito de rocío recogido en primavera en los Pirineos, no especificado, es decir, sin tocar otros elementos de la naturaleza, insuficiente para conseguir la Piedra Filosofal aunque lo suficientemente atractivo para estar muy agradecidos, debido al arduo trabajo que supone su recolección y posteriores elaboraciones, así como la procedencia, tan imbuido de la naturaleza propia del lugar. También es de agradecer y aprovecho estas últimas lineas para dejar constancia del inmenso trabajo que ha llevado a cabo nuestro amigo Fran, Paco para otros o incluso Cheron en las redes sociales, y me consta que ha sido un trabajo difícil realizado con ilusión y profesionalidad, como ha quedado reflejado en la consecución del objetivo fijado. No dudo de que a partir de ahora, disfrutaremos regularmente de actividades relacionadas con este misterioso mundo en el que nos movemos, ofrecidas desde Kendra Life Madrid, como punto de encuentro de todos nosotros y de muchos otros que vendrán.



Información de interés:
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Página web de Luis Silva, click aquí
Perfil de twitter de Luis Silva, click aquí
Teneis el libro de Luis Silva disponible en Kendra Life si deseáis adquirirlo.

martes, 9 de mayo de 2017

Continuamos el camino alquímico.

Miro al cielo nocturno, jaleado de estrellas, menos que otras veces, que la luna brillante y límpida, se encarga de eclipsar, bajo mis pies siento la humectante sensación de estar recolectando rocío con cada poro de piel de mis entumecidas extremidades, sobre mi cabeza, sigue la luna dibujándose desde el cuarto creciente, asomando al estadío de llena, ya ha pasado la madrugada aunque eso no impide que un grupo de personas, curiosas y comprometidas con los saberes de los antiguos alquimistas, se afanen en poner en práctica los diferentes métodos empleados a lo largo de los tiempos para recoger el preciado maná de los cielos, el rocío de la madrugada...
Podía ser el preámbulo de una corta novela de aventuras escrito para jóvenes lectores, si no fuera porque desde el Centro Kendra Life de Madrid, se organizó el pasado 6 de Mayo un encuentro teórico-práctico, continuación del privilegiado de la Sierra madrileña, presidido por la ermita de Nuestra Señora del Rosario, enclave religioso de pétrea belleza, que nos brindó un entorno acorde a lo esperado, además de un encuentro con la naturaleza tan olvidado en los tiempos frenéticos que vivimos.
primer curso de Alquimia con el objeto de poner en práctica algunos de esos conocimientos, Luis Silva, escritor, divulgador y alquimista, fue el maestro de ceremonias de esta intensa noche ubicada en un enclave
Pero comencemos por el principio.

Desde el Centro Kendra Life Madrid se gestó este evento como continuación del I curso de Alquimia que en fechas pasadas se había celebrado en sus instalaciones; para empezar a tomar conciencia, la primera parte de este acto se compondría de una breve, somera charla ofrecida por Luis Silva (con Luis lo de breve y somera es una entelequia), para proceder a disfrutar de una audición de cuencos de cuarzo ofrecido por Ana Isabel, asistente por otra parte al evento, que nos obsequió con un acto que vibraba por si mismo, para mi que como neófito en
este tipo de actuación, no tenia referencias directas, fue un regalo para los sentidos, una oportunidad manifiesta de conectar cuerpo y mente en vibratoria armonía, eufonía de sentidos en un equilibrio de paz y serenidad.
Finalizada la sesión de cuencos de cuarzo, retomó Luis su charla explicando con su entusiasmo habitual la parte teórica de lo que momentos después practicaríamos en el campo, si bien antes de partir a esta aventura cuasi épica era menester que degustáramos las viandas que la organización había dispuesto para reponer nuestras fuerzas, cosa que hicimos todos gustosamente.

Llegado el momento de ejecutar la parte practica del evento, lo mas esperado de la noche, nos contaminación, indispensable situación para la consecución de nuestro propósito, después de un corto viaje hacia el extrarradio madrileño, llegamos al punto de reunión, nos pertrechamos con lo necesario para aprender aquello que Luis nos fuera a enseñar y aprehender el rocío con lo asimilado de estas lecciones.
dirigimos a una zona de naturaleza viva, carente de
La noche, el cielo estrellado, las estrellas, y algún que otro animal silvestre y otros no tan silvestres fueron testigos de nuestros actos, se pusieron en practica algunos de los métodos de recolección del rocío, se explicaron otros, se fueron llenando los recipientes, fue
pasando el tiempo, y al albor del amanecer antes de que el Sol se alimente de la escarcha que aún queda sobre la hierba húmeda, recogimos nuestros pertrechos y abandonamos el lugar dejando como única prueba de paso nuestra ilusión por seguir aprendiendo.
Y así, una vez más, nos despedimos unos de otros, con la promesa de volver a encontrarnos, quién sabe donde, quién sabe cuando.




P.D.: También viene siendo habitual que mis encuentros con Luis Silva se salden con la adquisición de otro de sus libros, en esta ocasión lleva por título "50 lugares mágicos de Cataluña" editado por Cydonia, en el que se detallan 50 diferentes enclaves de la geografía catalana, unos conocidos y otros no tanto, recorridos todos ellos por el escritor y explicados con la suficiente intriga para que nos planteemos realizar una visita que con esta obra se hace con el rigor de una guía de viaje.

jueves, 13 de octubre de 2016

El elixir de los dioses

Llevaba tiempo con la curiosidad rondando, la verdad es que mi cerebro está demasiado activo, al menos la parte que me domina, que lo lei en un articulo sobre cerebros que Mamen Delgado compartió en beBee, así que en un momento de relax temporal me puse manos a la obra. La idea nace viendo como un fraile, en una película ambientada en la edad media, elabora un elixir que él considera divino a partir de la miel de sus abejas, que resultó ser una bebida alcohólica por fermentación, de porte similar a la cerveza y sabor similar a un vino blanco suave con ligera aguja, mi pequeña cocina se convirtió de repente en el provisional laboratorio del mismísimo Doctor Hyde o Jekyll ¿quién es quién?, con garrafas de varios tamaños de las cuales salían tubos enredandolo todo.
Había leído documentación sobre este maravilloso elixir perdido en el tiempo, o desplazado por bebidas más espirituosas de mayor calado entre el consumidor exigente, procesos, ingredientes, resultados... varias pruebas con diferentes tipos de miel que arrojaron resultados sorprendentes, miel pura, no la mezclada que venden en los comercios, directa del apicultor, de tonalidades diametralmente opuestas, hasta que dí con la fórmula magistral, la que hace volar la imaginación, aseda los sentidos y adormece el entendimiento.
Por supuesto, ya sabéis que me estoy refiriendo a la hidromiel o aguamiel, antigua bebida obtenida por la fermentación de la miel en
una solución de agua y levaduras, sin más o con botánicos que la perfumen, muy típica en sus tiempos en la europa norteña, que por azares del destino fue sustituida por el fruto de la vid, pasando la primera al olvido, siendo escasamente recuperada por tradiciones familiares o consumidores ocasionales y con poco calado comercial.
No es un producto difícil de elaborar, siempre que se sigan unos criterios mínimos de higiene y control del proceso de fermentación, se consigue en apenas 20 o 30 días, obteniendo como premio de este proceso, este liquido tan sugerente y embriagador, un placer de sibaritas, casi una medicina para el cuerpo y el alma.
Y dicho esto, ahora me encuentro en la tesitura de promover el consumo de esta gran bebida, preparando un plan de viabilidad que de coger cuerpo podrá darle un giro laboral a mi vida, o seguir camino, aunque acompañado, de cuando en cuando de un botellín fresquito de la hidromiel que quiso enamorar a los dioses y se quedó entre los humanos.

martes, 4 de octubre de 2016

Geometría sagrada, El Átomo de la Vida

Quién me iba a mi a decir que iba a reescribir este texto varias veces, y no por caer en errores comunes de corta-pega, si no por el hecho de escribirlo a la vez que, buscando información de la que extraer material de calidad con la que documentarlo, he ido dando con cada vez más y mejores referencias basadas en ciencias afectadas por la composición de este "átomo" de la vida, geometría, matematicas, fisica, astronomia... incluso algún chascarrillo esotérico, que han ido conformando lo que aquí dejo escrito y que dicho sea de paso, comenzó como un ejercicio de curiosidad cuando hace ya un tiempo, cayó en mis manos este conglomerado de esferas como una de esas casualidades tan causales, que me llevó, primero a conseguir las trece esferas de amatista, para la creación de mi propio modelo, y poder observarlo en su plenitud, para después tratar de buscar la relación que su disposición tiene con la vida, su vibración, razón por la que elegí que fueran de amatista, convenientemente aconsejado, y para darle un sentido pragmático a un objeto que desata admiración fuera del ámbito propio del simple orbe decorativo.
Trataré de sintetizar lo aprendido, intuyendo lo que aún falta de aprender, en los párrafos siguientes, para contagiar mi curiosidad en este átomo, nombre con el que me lo presentaron, hasta llegar a la verdadera esencia del mismo y descubrir su valor en el mundo.

Como preludio de lo que vendrá, cabe decir de forma somera, que la matemática oculta en la figura geométrica de la que trata este articulo está relacionada, como apuntan los textos antiguos y estudios de elementos encontrados por todo el mundo, con la flor de la vida, figura geométrica formada por círculos superpuestos formando flores de seis pétalos, que puede verse sencillamente como 19 circunferencias y 36 arcos, formando un hexágono, o relacionarlo con otras formas geométricas, como el fruto de la vida, 13 círculos con disposición similar, que contienen los 5 sólidos platónicos (tetraedro, cubo, octaedro, dodecaedro y icosaedro).
Según dice Timeo de Locri, en el diálogo de Platón «El fuego está formado por tetraedros; el aire, de octaedros; el agua, de icosaedros; la tierra de cubos; y como aún es posible una quinta forma, Dios ha utilizado ésta, el dodecaedro pentagonal, para que sirva de límite al mundo», es de suponer que esa quinta forma esté relacionada con el vacío.
En realidad, estoy obviando el hecho de que los sólidos platónicos como se puede ver en la figura, están dentro de lo que se ha definido geometricamente como el Cubo de Metatrón, partiendo de la constitución geométrica del fruto de la vida y referencia directa de la Flor de la vida, que en su forma tridimensional está formada por 64 esferas formando un cubo, de ahí su nombre, y el de Metatrón, por referencia al Ángel de este nombre a quién se asocia con el descubrimiento de esta poderosa figura geométrica.
Pero, vayamos al matiz principal de esta historia, para a su vez delimitar de forma mesurada cuales son las formaciones geométricas que van a suscitar interés por su connotación con la figura atómica que tengo entre mis manos.
Es tiempo ya de aclarar que el llamado átomo de la vida, desconozco la procedencia de tal nominación, es un cuboctaedro formado por cuatro tetraedros invertidos, o lo que en geometría se llama Vector de Equilibrio, es la única forma geométrica en la cual se da la singularidad de que todos sus vectores son iguales, y para colmo, resulta que el número de vectores que tiene, suma 12, número muy representativo en la historia de la humanidad.
Dicho esto, nos encontramos con un objeto que resulta ser el centro de toda o casi toda representación geométrica platónica, en el momento de escribir este párrafo aún hay información sin terminar de asimilar, formado por un tetraedro, que es el simplex tridimensional, aunque lo que más me ha llamado la atención en cuanto a la formación de cuboctaedro, es la definición que de él y sus características hace Nassim Haramein en sus exposiciones mundiales, llegando a definir este cubo formado por tetraedros como el lugar donde se obtiene la quietud absoluta, en referencia al punto central donde se unen todos sus vectores, es el lugar interior de la figura geométrica conocida como estrella tetraédrica donde el pulso es hacia el interior, una especie de puerta a la consciencia universal, donde la dualidad se hace evidente, el cuboctaedro conecta con el vacío interior y la estrella tetraédrica con el universo. Según explica, el cuboctaedro forma una singularidad
en el centro de la estrella tetraédrica, esta estrella tiene los tetraedros con los vértices apuntando hacia afuera, hacia el Universo, mientras que los tetraedros que conforman el centro apuntan hacia dentro, obteniendo una comunicación a nivel de la consciencia entre lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño, y si nos fijamos en la estrella tetraédrica, veremos que esta formada por dos tetraedros invertidos, añadiendo un énfasis de geometría sagrada a la figura en cuestión; aconsejo ampliar la información siguiendo los enlaces de la bibliografía para lograr un entendimiento mas profundo que lo que yo pueda exponer en estas pocas lineas, que no deja de ser mi percepción de lo estudiado.
De lo que si estoy seguro es de que en mis manos tengo un objeto con una vibración evocadora, al menos, de querer saber más sobre los secretos que nos guarda la geometría sagrada, por su magnetismo y la belleza de su composición.






Bibliografia:  * Biografia de un Átomo de Henry Hidalgo
                      * Reydekish, historias de la antigüedad
                      * La flor de la vida
                      * Metatron
                      * El huevo de la vida.
                      * La estructura del vacío, Nassim Haramein


miércoles, 10 de agosto de 2016

Cuando la magia se hace presente.

Hay días que vivir más intensamente que otros, momentos que catalizan años de conocimientos, surgidos de la nada activados como resortes disparados por manos invisibles, a veces, cuando la ilusión permanece de nuestro lado, hacemos posible que cualquier acto soñado se materialice en nuestro entorno, tanto para nuestro gozo como para el disfrute ajeno, otras, sin embargo, acuciados por la sensación de vacío y desdén, producto quizá de un exceso de carga que no ceja de empujarnos al abismo, sucumbimos a la desidia que nos abruma, y se hace necesario un toque de atención que nos despierte al mundo sutil que nos rodea oculto entre ritos sociales, no debemos olvidar que somos unidades de vida en entornos sociales agrestes, que nos limitan en el tiempo y el espacio y nos marcan pautas de convivencia a conveniencia de sus intereses.
Y dicho esto, paso a relatar un cuento, que es la forma de narrar al mundo hechos que no se entienden de otra forma por las mentes adultas, carentes de la inocencia de una mente onírica, amante de la vida como ejemplo de existencia, entre la dualidad del ser y el estar.

La Magia de lo Elemental.

Todas las noches al comenzar el baile encantado del ocaso, de luces que se apagan y sombras nacentes, una nívea silueta recorta el cielo nocturno batiendo sus alas en pos de la inercia de sus instintos, salir de la seguridad de su guarida es menester obligado para dotar de alimento a su progenie, al principio parece una estela fantasmal, un espectro fugaz sobrevolando el espacio estrellado, espacio que Calíope, protagonista de esta historia, otea de forma habitual en busca de luces etéreas a las que pedir deseos inconfesables; en su corta existencia esta pequeña pelirroja, tímida y solitaria, disfruta asomada a las noches estrelladas, conoce las constelaciones y los nombres de las estrellas, conoce el lenguaje del viento y si cierra los ojos distingue a sus moradores, reconoce el sonido del céfiro zigzagueando por entre las hojas de los árboles, morada de duendes, conoce la fauna noctívaga, desde insectos a depredadores, aunque su curiosidad se ha entregado a este nuevo misterio, hace días que ve surcando el cielo a este ente difuso entre claroscuros con un aleteo irregular, a cada atardecer, se asoma a esperar desde su ventana, con los ojos cerrados para que
sus sentidos agudicen sus impresiones, un nuevo encuentro con el tótem de la mitología griega, capaz de ver donde otros solo perciben oscuridad, y allí está, de nuevo, aunque hoy la presencia es especial, precedido por el sonido chirriante, que sorprende y hace abrir los ojos a la taheña Calíope, para descubrir que no es una, sino dos, las almas protectoras de la noche que acompañan su mirada escrutadora, con el tiempo justo para verlas desaparecer al unísono tras la silueta de los tejados, disfruta de su aparición, no lo esperaba y la sorpresa ha sido agradable, se aleja de la ventana, su mente ama la espiritualidad de la natura, se acomoda en la calidez de su lecho agradeciendo al cosmos la protección que la brinda, mientras en el sopor de la noche su cuerpo y su mente se relajan dando pasos a los sueños que narran nuevas historias de viejos hechos, mezclando pasado, presente y futuro.


La aventura onírica desliza a Calíope entre brumas de espesos bosques, verdes, tupidos de elementales afanosos en sus quehaceres, hay silfos y hadas revoloteando, duendes correteando, incluso entre sus pies descalzos, pero la pequeña pelirroja busca con insistencia a su Atenea misteriosa entre las ramas de viejos robles frondosos, al abrigo de la luz, cierra los ojos como cuando se asoma a su ventana y reza, la oración llama la atención de los elementales de los cuatro signos, tierra, agua, fuego y aire, está suplicando encontrar al ave protectora que tanto añora, la Minerva de los ojos brillantes y resplandecientes, quiere creer, aunque todo acontece a su alrededor dejándola fuera de ser el centro de atención. Sumida en su sueño de pensamientos caóticos un ruido externo la sobresalta, está de nuevo en su cuarto, tumbada, tarda unos segundos en reconocer su entorno, TAC... TAC... de nuevo ese sonido, proviene de fuera de la casa, de un salto se planta ante el alfeizar de su ventana, y allí, inmaculada a la luz de la luna, la lechuza blanca que tanto anhela, clava sus ojos en los suyos, el vinculo que nace en ese momento estuvo ahí siempre, son almas gemelas que se reencuentran, y ya nada podrá distanciarlas, ambas lo saben y por eso sonríen, aunque ahora son lágrimas lo que resbala por sus mejillas, emocionada, Calíope llora, ahora sabe que no está sola; la lechuza alza el vuelo, corta el negro orbe estrellado con su alma plateada y sin dejar de observarla, se va difuminando a lo lejos en busca del alba, Calíope cansada, aún mantiene un rato más sus ojos entrecerrados mirando al horizonte, ya no ve nada, aunque desde su interior el sentimiento que la acompaña volverá a aflorar al ocaso de mañana.


lunes, 30 de mayo de 2016

Ruta a Cantabria y algo más...

Viene siendo habitual que después de una ruta en busca del misterio con nuestros amigos de @revistaENIGMAS me ponga delante de esta pequeña pantalla de un viejo portatil a aporrear las teclas que dibujaran en el éter digital las experiencias vividas, cada vez más intensas. Ésta nueva ruta que nos reúne de nuevo a buenos amigos y a otros que serán nuevos, discurre por tierras Cántabras, Santillana del Mar y su Neocueva de Altamira, San Sebastián de Garabandal y sus misterios, Liérganes con su leyenda del hombre pez, y un pequeño atisbo en el Valle de Iguña para ver la casa donde se rodó la famosa película "Los Otros", que aunque nos hubiera gustado visitar, al haber escogido la opción de viaje en vehiculo particular cambiamos por una visita más detallada del hermoso pueblo de Santillana del Mar, para desde allí poner rumbo a nuestro destino inicial.
El comienzo de este viaje, de camino al encuentro con nuestros amigos, nos llevó primeramente a visitar otro bello lugar, y es que Cantabria ofrece innumerables rutas de las que disfrutar, adentrándonos en otro misterio, la mina-cueva de El Soplao, un lugar con una singular belleza que es aconsejable visitar, descubierta a principios del siglo XX a consecuencia de la actividad minera de la zona, una auténtica maravilla de la que nos despedimos para seguir camino hasta el destino que nos aguarda impaciente, o son las ganas de llegar lo que nos impacienta.


Y llegamos al hotel, al reencuentro con los amigos que iban llegando y esperando a que llegaran los demás, porque lo grande de estas rutas, además de conocer lugares fantásticos es disfrutar de la amistad y compañía de personas de toda la geografía española con las que se comparte afición y destino, además de empaparnos de la ingente información que nos brindan los anfitriones de estas rutas apadrinadas por el misterio.

Aún no lo he dicho pero esta vehemente espera se producía durante la tarde-noche del viernes 20 de Mayo, en Suances, el hotel es el Costa Esmeralda Suites, una acogedora edificación en piedra y madera situada casi a pie de playa, que ha cumplido con creces las labores de lugar de reposo en estos días de inusitado desgaste físico.
Llega el grueso del grupo, en autobús desde Madrid, momento de reencuentros y saludos, cansancio que el viaje es largo; nos esperan en el comedor para después de un frugal ágape, disfrutar de la esperada charla de Francisco Renedo sobre los misterios de San Sebastián de Garabandal, localidad que visitaremos al día siguiente. Estuvimos escuchando sus estudios sobre los sucesos que allí ocurrieron, las entrevistas que realizó a las personas del pueblo que pudo localizar, su opinión personal de lo sucedido, todo ello sintetizado en su libro, El Enigma Garabandal, escrito con rigor y una gran curiosidad innata por lo acaecido. Terminada la charla los rostros delatan el cansancio general y se hace necesario el tiempo del descanso, cada cual a su manera, y poco a poco vamos despidiendo la jornada.
Arranca una nueva jornada, relajados, el plan del sábado se inicia después del desayuno, Santillana del Mar espera que disfrutemos de su Neocueva, copia exacta de la original de Altamira, realmente es una obra de arte realizada con mimo hasta el último detalle y evolucionada con tecnologías digitales para facilitarnos el entendimiento de la forma de vivir en esas épocas.
Afortunadamente para nosotros, inconformistas del conocimiento ortodoxo, íbamos guiados por Fran Contreras que siempre tiene ese punto de ver lo que otros no intuyen, pudiendo disfrutar con sus explicaciones, de esa otra parte de la cueva que la modernidad no es capaz de copiar, que no es otra que la magia que se destila por cada una de sus grietas, recovecos, en la profundidad de la cueva, en su corazón más recóndito.
Pudimos llegar al finalizar la visita, hasta la entrada original que permanece cerrada a cal y canto, tratando de vislumbrar la verdadera esencia de ese lugar por esa pequeña abertura, excelente fondo de la que será nuestra foto de grupo en esta ruta por tierras Cántabras.

Continuamos viaje, se acerca el momento de lo que creo coincidir con todos, será la mayor experiencia de esta ruta, aunque antes tenemos parada de avituallamiento, en esta ocasión será en la Posada "Camino de Altamira", una francachela contundente como corresponde a la zona, que además nos recargará de energía para subir la empedrada pendiente que nos aguarda en nuestra próxima visita.


San Sebastián de Garabandal. Quizá en otro momento merezca un post para el solo, hay cosas que contar sobre este lugar que así lo podrían requerir, por el momento en base a mi primera experiencia en este viaje trataré de resumir lo acaecido allí que por otra parte está muy documentado en varias publicaciones como el libro mencionado anteriormente de Francisco Renedo. 
Llegamos a Garabandal sorteando las gotas de una tenue lluvia que nos perseguía durante todo el día, nada más bajar del autobús paraguas en mano, pudimos observar una pequeña aldea rural
enclavada en plena sierra de la Peña Sacra, en el que predomina la piedra y la madera como elementos constructivos, hay viviendas con escudos nobiliarios tallados en piedra, posiblemente recuperados de otras construcciones anteriores y diferentes piedras con grabados de elementos decorativos propios de épocas medievales, flores, cruces, etc.. que desconozco si su procedencia es del lugar o traídos de otras zonas, aunque de un aparente estilo románico.
Nos encaminamos hacia el lugar mágico, donde los árboles protegen la Teúrgia que emana libre, como un crómlech vivo, hay una abrupta subida por una pendiente de cantos rodados, piedra húmeda que hace de la subida una pequeña penitencia, y mientras subimos de forma
pausada, tentando las fuerzas para no perder el hálito, emulamos el recorrido caminando por los lugares por donde las niñas de Garabandal lo hicieran en trance, hace ya muchos años.
Mientras subimos, nos adelantan raudas monjas garabandalistas, la costumbre supongo o la juventud, se pierden en la distancia, mientras seguimos avanzando, al llegar al abrigo de los árboles una letanía de fervor religioso nos recibe, aunque personalmente, la esencia propia de la misma tierra que nos sustenta denota una paz que hace innecesario cualquier rito... y allí nos quedamos, empapados de sentimiento, abrazados a nuestro destino mientras dure esta intensa visita, y su recuerdo, aquí, en este momento y lugar cada uno podrá exponer su propia experiencia vivida, que las hubo, y tantas que hacen que no haya necesidad de dar mas respuestas que la propia experiencia sentida.


Una vez abajo de nuevo, en el pueblo, realizamos una pequeña visita turística, al bar, las tiendas de souvenirs son solo de articulos religiosos, algunas fotos y el regreso al hotel, con las energías renovadas y el ánimo en su punto más alto, aún nos queda una sorpresa, la charla que nos dará Mariano Fernandez Urresti, licenciado en historia, escritor, un hombre singular con quién, después de celebrar nuestra última cena en esta ruta, tuvimos el gusto de compartir tiempo y charla, un gran bagaje de libros publicados preceden cualquier presentación, que no es óbice para que tanto Lorenzo como Fran alabaran su persona, y es que irradia ser buena persona, aunque como él mismo diría momentos después, el listón quedó muy alto, su exposición requeriría un esfuerzo extra para sobresalir entre tanta expectativa, así que empezó a hablar y sus experiencias, en Garabandal, con los ovnis, en su tierra, en general, nos tuvieron literalmente pegados a las sillas absortos como niños sorprendidos por la magia del momento. Al finalizar la charla, cerca ya de la madrugada, hubo quien quiso esperar a ver salir el sol al arrullo de las olas del mar y quién prefirió esperarlo entre sábanas, nuestra ruta llegaba a su recta final, desayuno tonificante y nuevamente en marcha, que Liérganes espera que vayamos a desentrañar la leyenda de su Hombre Pez.
Último tramo de autobús con nuestros compañeros de viaje, destino la leyenda del hombre pez de Liérganes, la historia transcurre a mediados del siglo XVII, nos cuenta las vicisitudes de Francisco de la Vega, oriundo de Liérganes, que por diversos azares del destino desapareció un buen día en la ría de Bilbao cuando había decidido darse un baño en ella, apareciendo varios años más tarde en Cadiz, unos pescadores lo atraparon con sus redes constatando su apariencia anfibia, por las escamaciones corporales, su desenvoltura acuática y probablemente un poco de superstición popular, después de diversos estudios e interrogatorios, es devuelto a su lugar de origen, haciendo de su vida la leyenda que hoy conocemos, más extensa que este pequeño resumen y que se puede ampliar siguiendo este enlace. Recorremos el pueblo como turistas que somos, camara en mano, fotos, compra de souvenirs, refrigerio con los amigos, es la hora del vermouth para los que tenemos costumbre, una fugaz visita al
mercadillo y con los deberes cumplidos, el retorno al autobús, en breve estaremos despidiéndonos de nuestros compañeros de viaje, una parte toma rumbo a Madrid, pasando por el Valle de Iguña, otros, los que viajamos en coche, cada uno a su tierra, aunque para nosotros se hace necesario una nueva parada, y esa es la ventaja de viajar sin tiempo, para disfrutar de la belleza de Santillana del Mar, un pueblo de singular belleza que puesto que la tarde resplandece ante un sol casi ausente durante el fin de semana, nos anima a dedicarle el punto final como broche de oro de esta maravillosa ruta por tierras cántabras.
Llegamos a buena hora, la de comer, disfrutamos del festín en un pintoresco restaurante situado en una estrecha callejuela, al terminar caminamos por las empedradas calles de Santa Illana, nombre original de Santillana del Mar, como es de rigor, el paseo nos lleva a las tiendas de regalos y productos típicos, las fotos en la
colegiata, que no pudimos visitar por estar cerrada, al igual que el resto de monumentos, por lo que fue una visita exterior, y más rápida de lo esperado, nos cruzamos con grupos de gentes que gaita bajo el brazo entonaban canciones tradicionales y grupos de turistas extranjeros embelesados con las explicaciones de sus guías, familias al completo caminando o oriundos prestos a abrir sus negocios, en definitiva, un puzzle de sensaciones que se fusionan a las anteriormente vividas y aún latentes que provocan con su ausencia la necesidad de disfrutar de una nueva ruta, porque el propósito que quizá pretendemos obtener de estas rutas, es acumular sensaciones, que nos permitan ver la vida con los ojos del niño que todos llevamos dentro.
Y para terminar, quiero agradecer a Laura Falcó y su equipo de incondicionales el esfuerzo ímprobo realizado por todos ellos para que estas rutas sean algo más que el mero disfrute de un acto afín a nuestra afición por el misterio, convirtiéndolas en un lugar de encuentro de amigos.
La foto de grupo, delante de la entrada original de la cueva de Altamira.
















jueves, 21 de abril de 2016

Ruta Ocaña, Titulcia y Aranjuez

Foto: Sonia Lopez
Una vez más, la magia del misterio se filtra entre nosotros, un encuentro esperado, en una nueva ruta de argonautas, como le gusta decir a Fran Contreras, nuestro peregrino encantador de almas, un viaje meditado para que los sentidos se enraícen en sentimientos, a flor de piel...  acompañados en este periplo de rocíos y lluvias, de gotas saladas que recorren mejillas y de agua filtrada... acompañados digo, por Lorenzo Fernandez, Juan Ignacio Cuesta y Fran Contreras, y junto a ellos tres, todos nosotros, esperando bajo la lluvia en un Madrid de agua, a un autobús que no llega, previendo que de verdad el agua, protagonista de la jornada, nos mojara.
Saludos entre conocidos y nuevas presentaciones, amenizan entre risas y comentarios jocosos de unos y otros la llegada de nuevas y grises nubes, o es la misma que vuelve una y otra vez para recordarnos que es agua lo que vinimos a buscar, llega el autobús, dando vida a esta ruta que quiere empezar a disfrutarse entre todos nosotros y una vez acomodados, expectantes, comienza el recorrido que nos llevará a Ocaña y sus fuentes, Titulcia y su Cueva del Agua y a los alquímicos Jardines de Aranjuez.

Foto: Pablo Colina
El viaje hasta Ocaña es desgranado por ríos de sabiduría gracias a la pericia narrativa de Juan Ignacio, erudito de tantas artes, que, que menos que llamarlo artista de la erudición, trovador del misterio, o epítetos similares que se nos puedan ocurrir. Y así, entre explicaciones de uno y otro lugar que veíamos pasar, demasiados incluso para recordarlos con claridad, llegamos al lugar donde hace mucho tiempo ya, un gran arquitecto, sin reconocimiento escrito, proyectó una obra de ingeniería acuática digna de una mente privilegiada, la "Fuente Grande de Ocaña" atribuida supuestamente a Juan de Herrera, allí nos esperaban las guías encargadas de mostrar esta maravilla a todo interesado en su visita, divididos en dos grupos, comenzamos a disfrutar del paseo intraterreno en compañía del agua, elemento clave de esta construcción pretérita.

Foto: Sonia Lopez
Del enclave puede conocerse información detallada disponible al alcance de todos en diferentes formatos, lo que no se verá en ellos, ni se sentirá, salvo si la compañía es la adecuada, es lo que vivimos allí con Juan Ignacio Cuesta, su voz, sus instrumentos musicales y su saber, pudimos asombrarnos con la correcta distribución de los canales del agua, desembocando en encrucijadas donde lo sagrado prima sobre lo material, vibrar en sintonia con todo el conjunto al escuchar el sonido de la flauta, mientras su música reverbera armoniosa ante el sagrado monumento subterráneo. 

Video: Sonia López

Recorridos sus pasadizos en compañía del rumor de un torrente acuoso, a veces angostos, escuchadas sus leyendas y misterios, de habitaciones secretas y libros malditos protegidos por espectros reconocidos, seguimos camino saliendo al aire libre, donde el Sol otrora escondido entre nubes traviesas nos ilumina el semblante, brillante aún por la satisfacción de lo vivido, dejamos a Juan Ignacio allí abajo con el segundo grupo y cambiamos de anfitriones, para continuar con la visita al conjunto arquitectónico de la Fuente Grande, bajo la tutela informativa de Fran Contreras y Lorenzo Fernandez, que junto a nuestra guía se afanan por explicarnos todos los detalles relativos al uso que de este monumento se hacia y se hace en la actualidad por la población de Ocaña.

Foto: Henry KolmerTiempo es ya de regresar el camino andado, que han pasado las horas y el gusanillo que avisa del momento del ágape está agitándose nervioso, por lo que nos ponemos rumbo al restaurante donde recuperar las fuerzas a golpe de paella y lechazo, buen vino y gaseosa para mejorarlo, del postre mejor no hablamos, sin más comentario que la anécdota de disfrutar de la generosidad del vecino de mesa que celebraba con devoción la degustación de los típicos calsots de cataluña y que muy amablemente nos los ofreció para probarlos, creando un ambiente festivo entre propios y extraños que duraría toda la tarde.

Engatusado el gusanillo de viandas y refrigerios, descansados de una mañana intensa, volvemos a la carretera en dirección a Titulcia, nos espera esta vez en la profundidad del terreno bajo el restaurante del mismo nombre, La Cueva de la Luna, enclave mágico de misticismo templario, bajamos varios peldaños toscamente recuperados al tiempo desde el interior del restaurante para desembocar en una sala circular coronada por una cúpula, hay galerías recuperadas de la ruina aunque solo una es accesible a nuestra curiosidad, denota su estado que está aún en recuperación, con herramientas y escombros aquí y allá que no impiden que la curiosidad nos adentre hasta lo más profundo, en la oscuridad de la boca del lobo, buscando la paz que emana de este lugar.

Al acceder a la sala de la cúpula, en su día el centro de la representación de la Luna Llena, nos espera paciente y deseoso de iluminarnos de saberes nuestro querido Juan Ignacio Cuesta, nuevamente con su voz y la flauta que lo acompaña, y en un ejercicio de resonancia vibratoria propio de esta ruta entona un canto a los allí asistentes que nos traslada a un momento de tranquilidad inusual en los tiempos de prisas y estrés que vivimos, poco a poco los asistentes a esta visita vamos ocupando el recinto lunar, viendo con curiosidad cada rincón, incluso nos permitimos realizar algún pequeño ejercicio de comunicación espiritual, guiados por Lorenzo Fernandez que aparatos electrónicos en ristre empieza a ubicarlos por diferentes áreas del pasillo visitable, a veces a oscuras o con la pequeña candela de
una tímida linterna, que en esta ocasión solo nos devolvió silencio, eso sí, espectral...

Y para finalizar en este lugar de poder ancestral, guiados por nuestros adalides ruteros, realizamos una pequeña aunque intensa meditación personal en la oscura inmensidad de nuestra psique, imbuyendonos de las energías vibratorias que emanan de la misma esencia de la cueva, protegidos por la fuerza de la Luna y su simbiosis con el agua, recurrente elemento de esta ruta.

Foto: Serafín CasasFoto: Serafín Casas
Queda poco del día que comenzó, para mí, al alba, y faltan retos por acometer, por hoy debido al tiempo, no del reloj si no del ambiente, nos queda en el tintero la visita al castillo de Oreja, para otro día quizás, por lo que ponemos rumbo a los Jardines de Aranjuez, alquímicos, adjetivo que evoca tiempos de ciencias aun en pañales, de plantas medicinales y misterios iniciáticos, y es llegar y sentir de nuevo, esta vez en la superficie terrenal, el poder del agua en el entorno, sus fuentes, estanques, fina lluvia, riego esparcido entre raíces, troncos y hojas, un lugar bellamente construido por el buen Juan de Herrera, de nuevo el, para disfrute de todos y conocimiento de unos pocos iniciados, que saben leer las piedras, aunque en esta ocasión para nosotros ha sido un paseo por los jardines reales con las explicaciones oportunas de Juan Ignacio Cuesta, la epopeya de Fran Contreras dando de comer al pavo real y la compañía de Lorenzo Fernandez, mientras paso a paso desentrañabamos el camino que envuelve este entorno natural, otro camino... con la mecanica del corazon, y despues de un día de continuos escarceos con el agua nos queda la sensación de haber sido parte de algo grande, dicen que el agua transporta conocimiento, solo hay que saber grabarlo en su memoria, por eso quizás esta ruta y todos los que en ella estuvimos somos parte de la memoria que este agua transporta, y viajaremos en y con ella allá donde vaya.

Queda el broche final de la ruta, y para esto no hacen falta palabras, solo darle al play... y disfrutar


Video: Inés García López

Gracias a todos por este día, nos vemos en la siguiente.